Saludo

CAMINO DE LA PASCUA

 

Los días de Semana Santa comienzan siempre con una bendición; ésta es su primera palabra…BENDICIÓN. Le pedimos a Dios, cada año, que bendiga nuestros ramos, le pedimos que nos bendiga a nosotros, que bendiga nuestras vidas. Este año también le pedimos que nos bendiga con la presencia de Benedicto XVI en la Jornada Mundial de la Juventud del próximo agosto.

Así hace Dios las cosas, como el Padre pródigo del hijo derrochador de la conocida parábola: nos da TODO, aún a sabiendas de que podemos gastarnos TODO. En el inicio siempre Dios nos bendice, “dice bien”, “habla bien” de nosotros. En el origen de nuestra existencia encontramos el eco de la bendición de Dios, el eco de una Palabra pronunciada ininterrumpidamente.

Así pues, ya que queremos en estos días ACOMPAÑAR A CRISTO, pidamos esta bendición que sólo viene de lo alto. Nadie quiere que sea una Semana santa más sino una Santa semana; nadie pretende quitar la naftalina de los mantos y sacarlos para que les dé el aire, al menos una vez al año..., sino que queremos que cada gesto, cada celebración, cada procesión, cada saeta, cada silencio…en los mejores días del año, desprendan el perfume de una VIDA NUEVA, la del Resucitado.

ACOMPAÑAR A CRISTO significa mirar, conmoverse, abrazar… a nuestros enfermos, a los que no tienen trabajo, a los que lo han perdido todo, a los que viven en la guerra, en la pobreza o bajo la amenaza nuclear…en fin, acompañar a todos los que sufren.

¡¡SANTA SEMANA Y FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN !!


                                                                                                                                                               Juan Daniel Alcorlo, párroco